Este blog está
pensado a manera de entender la un poquito lo que se puede ver en la Localidad
de San Justo para esto deberíamos de entender un poco lo que es una “Ciudad
Educadora”. Varios autores han conceptualizado lo que es esta realidad a la que deberíamos tener en cuenta
en nuestra vida diaria y en nuestras decisiones diarias para educar a nuestros
niños y jóvenes, uno de sus principales exponentes es el profesor Francesco
Tonucci mejor conocido como “Frato”.
Para comenzar podemos nombrar a
uno de sus colegas:
“El concepto de Ciudad Educadora acoge e interrelaciona
procesos educativos formales, no formales e informales.
La ciudad educativa es un entramado de instituciones y
lugares educativos. Los nudos más estables y obvios de esta trama están
constituidos por las instituciones formales de educación (escuelas,
universidades, etc.). Pero coexisten con ellas, por un lado, todo el conjunto
de intervenciones educativas no formales (organizadas a partir de objetivos
explícitos de formación o enseñanza pero fuera del sistema de la enseñanza
reglada: educación en el tiempo libre, auto-escuelas, etc.), y, por otro lado,
el difuso y penetrante conjunto de vivencias educativos informales
(espectáculos, publicidad, relaciones de amistad, etc., etc.). Quizás el medio
urbano sea precisamente el mejor ejemplo de las constantes interacciones entre
estos modos de educación.”1
Jaume Trilla Bernet
El proyecto de
ciudad que desde la concepción educadora se puede construir, está inspirada en
nuevas formas de gestión ciudadana y de proyectos urbanos, a este respecto
Borja y Castells han hecho un importante ejercicio de reflexión que juzgamos
oportuno destacar, el cual se expresa en el decálogo de gestores del desarrollo
urbano:
- Las ciudades tienen calles, no
carreteras.
- La ciudad es un espacio público.
- Hacer ciudad es construir lugares para
la gente, para andar y encontrarse.
- Las obras se empiezan y se acaban bien.
- El desarrollo urbano se materializa en
un programa de obras, pero sólo construye la ciudad futura si responde a
un proyecto global.
- Las operaciones de desarrollo urbano
son actuaciones integradas y estratégicas.
- En la ciudad el camino más corto entre
dos puntos es el más hermoso. La estética urbana hace la ciudad vivible.
- Una ciudad democrática es una ciudad
visible, con referencias físicas y simbólicas que ubiquen a su gente.
- Construir la ciudad futura es una tarea
de todos.
- El progreso de la ciudad se mide por el
progreso en cantidad y calidad de sus espacios públicos.
- No hay desarrollo urbano positivo sin
capacidad de invención y de previsión. La ciudad del mañana se construye
reinventando la ciudad del pasado y diseñando ciudad en las fronteras de
la ciudad actual.
- La calidad del desarrollo urbano
depende de la socialización de la cultura arquitectónica y estética de los
espacios públicos, pero también de la penetración de la cultura cívica en
los diversos actores de la ciudad.
Francesco Tonucci (Fano,
1941), también conocido por el seudónimo "Frato", es un profesor,
pensador y dibujante italiano. Es autor de numerosos libros sobre el papel de
los niños en el ecosistema urbano y de artículos en revistas italianas y
extranjeras. Su influencia ha llegado a países como Argentina y Uruguay donde
algunos municipios han adoptado esta pedagogía urbana con los niños. Su texto
más importante es la ciudad de los niños.
Ver Video #1
En su última visita a la
Argentina, Francesco Tonucci habló de sus principales preocupaciones en torno a
la niñez, que tienen que ver con la soledad y la falta de autonomía de
movimiento de los niños, problemas que desde hace más de diez años propone
solucionar multiplicando por el mundo su proyecto "Ciudad de los
Niños".
Su vocación por la infancia, que se despliega en una vasta serie de publicaciones, lo hizo merecedor del nombre de "niñólogo". Y aunque afirme que con sus viñetas busca generar una "complicidad entre adultos", no puede dejar de sentirse satisfecho al constatar que los niños y las niñas saben que él y sus dibujos están de su lado.
- ¿Cómo empezó a dibujar viñetas?
- Las viñetas son la herencia de una pasión que tengo desde siempre, no tanto de dibujante sino de pintor. Mis primeros recuerdos de escuela son dibujos en una pizarra grande. Soy de un pueblo sobre el Adriático, Fano, y hacía muchos dibujos sobre la playa. Los pintores de mi pueblo me regalaban tubos de óleo y yo los aprovechaba para hacer pequeños grabados.
Después, mi camino no fue el arte sino los estudios universitarios. Y a fines de los 60, mientras en el movimiento estudiantil buscábamos maneras más directas para comunicarnos con la gente - y pensábamos en formas de autocrítica hacia el mundo de la investigación, que estaba muy encerrado en una actitud autorreferencial-, las viñetas me parecieron un modo de abrir la comunicación a un público más amplio. Así, aproveché unos dibujos que estaba haciendo para unos tests infantiles de psicología. Cuando empecé, pensaba que esto no era algo tan digno de realizar ni por un artista ni por un investigador, por lo cual me disfracé detrás de un seudónimo: Frato.
Quería señalar dos cosas. Por un lado, que las viñetas pudieron entrar en la escuela, que no es un mundo abierto a la ironía y la sátira humorística. Este es un éxito raro, porque las viñetas se reconocen y la escuela acepta reírse de sí misma. Por otro lado, las viñetas llegaron a ser un instrumento de formación profesional para maestros y maestras. En España se adoptan casi como libros de texto de magisterio; muchos profesores han usado y siguen usando mis viñetas para empezar cursos, para estimular a los estudiantes, hasta en los exámenes.
- Usted dijo que la escuela no está acostumbrada a la ironía. ¿Cuál cree que es actualmente el lugar del humor en la educación?
- Creo que cuando esto se consigue, estamos en un buen sitio. Hay una viñeta que dibujé hace much o s años que describe esto: un maestro le dice a una colega: "Mira la última viñeta de Frato", y la maestra la observa y dice: "Sí, ja, ja", empieza a reírse y dice: "A mí también... a mí también....¿a mí también? ¡Cómo se permite este señor decir estas tonterías!". Lo que intenté fue develar un poco qué significa la ironía; nos suscita una sonrisa, pero puede producir distintas reacciones, desde el enfado o el decir: "Es verdad, a mí también, lo reconozco, tenemos que cambiar algo". Estas son distintas reacciones posibles, creo que todas son buenas, porque provocar una reacción agresiva puede ser interesante.
Su vocación por la infancia, que se despliega en una vasta serie de publicaciones, lo hizo merecedor del nombre de "niñólogo". Y aunque afirme que con sus viñetas busca generar una "complicidad entre adultos", no puede dejar de sentirse satisfecho al constatar que los niños y las niñas saben que él y sus dibujos están de su lado.
- ¿Cómo empezó a dibujar viñetas?
- Las viñetas son la herencia de una pasión que tengo desde siempre, no tanto de dibujante sino de pintor. Mis primeros recuerdos de escuela son dibujos en una pizarra grande. Soy de un pueblo sobre el Adriático, Fano, y hacía muchos dibujos sobre la playa. Los pintores de mi pueblo me regalaban tubos de óleo y yo los aprovechaba para hacer pequeños grabados.
Después, mi camino no fue el arte sino los estudios universitarios. Y a fines de los 60, mientras en el movimiento estudiantil buscábamos maneras más directas para comunicarnos con la gente - y pensábamos en formas de autocrítica hacia el mundo de la investigación, que estaba muy encerrado en una actitud autorreferencial-, las viñetas me parecieron un modo de abrir la comunicación a un público más amplio. Así, aproveché unos dibujos que estaba haciendo para unos tests infantiles de psicología. Cuando empecé, pensaba que esto no era algo tan digno de realizar ni por un artista ni por un investigador, por lo cual me disfracé detrás de un seudónimo: Frato.
Quería señalar dos cosas. Por un lado, que las viñetas pudieron entrar en la escuela, que no es un mundo abierto a la ironía y la sátira humorística. Este es un éxito raro, porque las viñetas se reconocen y la escuela acepta reírse de sí misma. Por otro lado, las viñetas llegaron a ser un instrumento de formación profesional para maestros y maestras. En España se adoptan casi como libros de texto de magisterio; muchos profesores han usado y siguen usando mis viñetas para empezar cursos, para estimular a los estudiantes, hasta en los exámenes.
- Usted dijo que la escuela no está acostumbrada a la ironía. ¿Cuál cree que es actualmente el lugar del humor en la educación?
- Creo que cuando esto se consigue, estamos en un buen sitio. Hay una viñeta que dibujé hace much o s años que describe esto: un maestro le dice a una colega: "Mira la última viñeta de Frato", y la maestra la observa y dice: "Sí, ja, ja", empieza a reírse y dice: "A mí también... a mí también....¿a mí también? ¡Cómo se permite este señor decir estas tonterías!". Lo que intenté fue develar un poco qué significa la ironía; nos suscita una sonrisa, pero puede producir distintas reacciones, desde el enfado o el decir: "Es verdad, a mí también, lo reconozco, tenemos que cambiar algo". Estas son distintas reacciones posibles, creo que todas son buenas, porque provocar una reacción agresiva puede ser interesante.
-¿En qué se inspira al hacer las viñetas?
-Varias veces me preguntaron esto. Cuando contesto esta pregunta, normalmente invento algo, por honestidad. Cuando una idea se ha hecho clara, puede producir una viñeta. Una viñeta es un resumen o una concentración, en pocos trazos, de un concepto que a veces es muy complejo y que puede provenir de la investigación, de la observación, de los comentarios de los maestros. Un ejemplo de esto es una de las viñetas más intensas que dibujé, que comprime un concepto muy complejo, que es el tema de la evaluación: Hay ocho caras de niños y niñas, y una cara de adulto; la maestra evalúa diciendo: "Ana es desordenada", "Pedro es tímido", etcétera. La penúltima viñeta dice: "Solo Luis es normal. Firmado: la maestra", y Luis es la imagen especular de la maestra, son idénticos. Esta es una síntesis gráfica que me parece bien solucionada y es el resultado de nuestras investigaciones. Para nosotros, el normal es el que se nos parece más; el distinto es malo, preocupante y tenemos que recuperarlo, ¿recuperarlo a qué? A la normalidad, es decir, hacerlo como nosotros. Yo siempre lo digo: la viñeta es como una píldora, un concentrado. Produce una intuición, no ayuda a hacer un recorrido, pero lo puede suscitar, movilizar, motivar. Muchas viñetas salen de anécdotas que me cuentan. La del sol, por ejemplo, es otra viñeta que ha tenido bastante éxito porque resume una problemática muy compleja a nivel educativo escolar. La madre le pregunta al niño: "¿Cuál es tu opinión: el Sol gira alrededor de la Tierra o la Tierra gira alrededor del Sol?". El niño responde: "El Sol gira, la Tierra está quieta". La madre se enfada y le dice: "¿Pero qué te explicaron en la escuela?". "En la escuela me explicaron que el Sol está quieto y la Tierra es la que gira, pero ¿tú qué querías saber, lo que me han explicado en la escuela o lo que pienso yo?". Esto me lo contó un amigo francés, y yo aproveché para hacer una viñeta que toca el tema del doble camino entre la escuela y la vida. Muchas veces, la escuela no se relaciona con la vida y se queda en un camino paralelo. De este modo, recibimos una cantidad de conocimientos que repetimos correctamente dentro de la escuela, pero fuera de la escuela seguimos pensando otra cosa. Esto es muy grave, porque significa que la escuela no entra en la personalidad del alumno sino que se superpone.
- ¿ Cuáles cree que son los problemas centrales vinculados con la infancia, en la actualidad?
-Son muchos. Una de las diferencias más fuertes entre ser niño hace 40 o 50 años y hoy, es que antes los niños no sabían casi nada y hoy saben todo. Y frente a este enorme crecimiento de la capacidad de información, ha descendido totalmente la autonomía de movimiento. Esto significa que los niños no saben hacer casi nada, no tienen la experiencia de moverse, de practicar el espacio y el tiempo, de vivir la experiencia y la emoción de la aventura, del descubrimiento, del riesgo y del placer. Todo el proyecto de la Ciudad de los Niños nace con la preocupación de restituir la ciudad a las niñas y a los niños.
Por otro lado, un problema muy importante para los niños respecto de la formación escolar es que la escuela sigue siendo una escuela para pocos. Si el tema de la autonomía de movimiento es un tema básico para los niños más desarrollados, este es el tema básico para los niños más pobres y que tienen más problemas socioculturales y socioeconómicos. Yo creo que en toda reflexión escolar debe estar la idea de que la escuela sea para todos. Esto significa muchísimas cosas distintas: por ejemplo, los niños deberían ir a la escuela con placer, cada uno debería reconocer la escuela como "su" propia escuela. Al contrario, creo que la mayoría de los niños siguen pensando que la escuela adonde concurren es la escuela a la que tienen que ir. Tercero, esta escuela sigue siendo una escuela para pocos, para los hijos "inteligentes" y que tienen buena familia. Los que no tienen una motivación, los que no tienen una familia atrás, siguen fracasando. Es común escuchar frases como "Lo siento, señora, pero su hijo no me sigue", "No está interesado, no tiene bases, tendría que recuperar". Son todas frases impresionantes, que deberían constituir un delito porque, ¿qué significa "No me sigue"?, ¿quién tiene que seguir a quién? Yo creo que la escuela debería seguir a los niños y no los niños seguir a la escuela. En pocas palabras, una escuela para todos debería reconocer a todos los niños el derecho a llevar consigo todo lo que saben. La escuela debería empezar siempre con la escucha y no con la propuesta. Doy la palabra porque estoy interesado en saber lo que piensan mis alumnos, y todo lo que piensan lo ponemos en la mesa y empezamos a trabajar. Trabajamos sobre lo suyo, no sobre lo mío.
-¿Qué piensa como "niñólogo" acerca de las hipótesis del "fin de la infancia"? ¿Estos niños que saben demasiado, que descolocan a los adultos, están diciendo que se acabó la infancia?
-En efecto, hoy los niños tienen dificultades para vivir la infancia porque, por un lado, acceden a conocimientos adultos de una forma muy precoz; y por otro lado, se quedan inmaduros porque no desarrollan capacidades autónomas de moverse, arreglarse; por lo cual llegan a la adolescencia con una cabeza enorme y con brazos y piernas pequeñitas. Esto significa que la infancia ha cambiado; yo creo que hoy la infancia está presa, no desaparecida. Si la dejamos, vuelve. Esta es la experiencia que siempre encontramos en el proyecto de la Ciudad de los Niños. Nosotros proponemos que los niños vayan a la escuela sin ser acompañados por adultos. El éxito es impresionante, porque esto produce bienestar social y seguridad en la ciudad. Los padres suelen tener miedo de que los niños salgan a la calle porque hay inseguridad. Al contrario, si van afuera producen seguridad. Por otro lado, los niños que se mueven solos recuperan también una manera de vivir la infancia. Dos aspectos siempre me llamaron la atención. Los niños que van solos al colegio son más puntuales que los demás, se hacen cargo. El otro aspecto divertido es que esta pequeña autonomía se transforma en un espacio social que los niños disfrutan. Los niños de Roma se organizan para llegar un cuarto de hora antes a la escuela, para jugar juntos enfrente. Cuando se les pregunta por qué les gusta tanto ir a la escuela solos, muchos contestan: "Porque así podemos hablar entre nosotros". Por lo cual, yo creo que no es verdad que la infancia está perdida, sino que está presa y tenemos que liberarla. La infancia vuelve si las condiciones lo permiten.
-Una última pregunta, ¿cuando dibuja se siente un poco niño?
-Cuando dibujo como pintor, con frecuencia me siento niño; pero cuando dibujo viñetas, al contrario, me siento muy adulto. Me siento un adulto que se comunica con sus colegas adultos, buscando una manera más directa para transmitir algo. Las viñetas son un hecho de complicidad entre adultos; yo confío a otros adultos algo que he pensado, que he vivido. En varias oportunidades, la gente me ha dicho que estas viñetas, que son tan simples, dibujadas apenas, sin color, les gustan mucho a los niños. Yo creo que aquí también ellos se dan cuenta de una complicidad: se dan cuenta de que estos dibujos están de su parte, y esto, como siempre, les gusta a los niños y a las niñas.
Ana Abramowski
Fotos: Roberto Azcárate
Una de los más importantes
instituciones educativas de La Matanza es La Universidad Nacional de la Matanza
en donde la misión de la Universidad se traduce en la construcción de:
Un proyecto educativo-cultural inspirado básicamente en la realidad
local, provincial y nacional, y comprometido con ella, una propuesta para el
desarrollo del medio.
Una iniciativa abierta
incorporada a la comunidad, protagonista activa de su progreso,
contribuir a la retención y el asentamiento de la población joven
localizada en La Matanza y su área de influencia, servir a las necesidades de
la comunidad, es decir, sus habitantes en general, sus empresas, instituciones,
profesionales y demás actores sociales, actuar como factor de cambio y
desarrollo.
Incentivar en los estudiantes
una formación que comprenda el espíritu emprendedor e innovador, la vocación de
líderes comprometidos con el progreso de la comunidad, la honradez profesional,
el respeto por la dignidad de la persona humana y su derecho a la verdad, la
libertad y la seguridad jurídica, y el aprecio por los valores culturales,
históricos y sociales de la comunidad y del país.

Además de la educación la UNLAM fomenta la practica de
deportes abierta a toda la comunidad y así poder fomentar un espacio cultural
contribuyendo como agentes sociales a la comunidad de manera que retenga a
nuestros jóvenes en un espacio donde se sientas cómodos y contenidos.
Nombraremos a el policlínico
de San Justo como uno de los agentes sociales pertenecientes al ámbito de la medicina pública municipal que
respalda a la población de nuestra comunidad.
Los gobiernos locales tienen la responsabilidad de
desarrollar todas las potencialidades educativas que alberga la ciudad, y esto
lo harían incorporando a su proyecto político los veinte principios de
la ciudad educadora, recogidos en su Carta. Entre otros, se recogen y
desarrollan la supresión de los obstáculos de cualquier tipo, incluidas las
barreras físicas, que impidan el ejercicio del derecho a la igualdad; la
educación en la diversidad; el fomento del diálogo entre generaciones, a través
de proyectos concretos; la necesidad de que la ciudad encuentre, preserve y
presente su propia y compleja identidad; la ordenación del espacio físico, que
deberá atender las necesidades de accesibilidad, encuentro, relación, juego y
esparcimiento y un mayor acercamiento a la naturaleza; el fomento de la
participación ciudadana desde una perspectiva crítica y corresponsable; la
garantía de la calidad de vida de sus habitantes; el ofrecimiento a sus
habitantes de la perspectiva de ocupar un puesto en la sociedad; o también la
estimulación del asociacionismo.
La ciudad educadora debe conceder el
necesario protagonismo a los niños y a los jóvenes, como se
desprende del Preámbulo de la Carta de las Ciudades Educadoras. Francesco
Tonucci, pedagogo italiano, en su libro“La ciudad de los niños”, nos
recuerda que “la primera y más importante decisión a tomar es la de dar
a los niños un papel de protagonistas, concederles la palabra, permitirles que
expresen sus opiniones y colocarnos, nosotros los adultos, en la actitud de
escuchar, de deseo de comprender y de voluntad de tener en cuenta lo que los
niños dicen. Nadie puede representar a los niños sin preocuparse por
consultarlos, por implicarlos, por escucharlos. Hacer hablar a los niños no
significa pedirles que resuelvan los problemas de la ciudad. Significa, en
cambio, aprender a tener en cuenta sus ideas y sus propuestas. No es fácil dar
la palabra a los niños, ni comprender lo que dicen. Gianni Rodari hablaba de un
oído verde que los adultos deberían tener para escuchar a los niños.
Hace falta mucha curiosidad, atención, sensibilidad, sencillez. Hace falta
creer que los niños tienen algo que decirnos y que darnos, y que este algo es
distinto de lo que sabemos los adultos”.
El polideportivo Huracan de San Justo fue
pensado para realizar reuniones danzantes y culturales con el fin de unir a las
familias de la zona para transmitir valores y conocimiento a nustros niños
y jovenes partiendo de valores e ideas para el desarrollo creatividad,
convivencia, conocimiento, competitividad, cohesión social, cohesión
territorial y sostenibilidad, y compromiso que haran que la comunidad cresca
como centro urbano de calidad.
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